Las vaquerías eran las festividades con las que los antiguos hacendados festejaban a los vaqueros por la buena producción de reses obtenida durante el año, de ahí el término “Vaquería”. Las mujeres atendían a los invitados y a sus esposas y al final bailaban sones mayas combinados con música española, en honor del patrón o dueño de la hacienda.
Actualmente las vaquerías se continúan practicando en los pueblos y villas de Yucatán para celebrar al patrono o santo del pueblo. El principal atractivo de estos festejos es el baile de la jarana. La jarana es el baile típico de la Península de Yucatán, y es el resultado de la mezcla de la jota española con los sonecillos mayas. Durante su ejecución, las parejas de mestizos bailan al compás de una orquesta o charanga jaranera que suele estar formada por dos trompetas, dos clarinetes, dos trombones, un güiro y los timbales. La jarana, es una verdadera muestra del mestizaje artístico.
Asimismo, durante el transcurso del baile, se suelen recitan famosas “bombas” que no son otra cosa que una cuarteta, en la que, por lo general se dice un piropo a la pareja de baile. La “bomba” puede ser romántica, jocosa o picaresca, donde aflora el innato sentido del humor del yucateco.
Bombas yucatecas
Mestiza, joya castiza,
emblema de Yucatán,
un madrigal se idealiza
cuando asoma tu sonrisa
bajo el arco de San Juan.
Ayer al salir de misa
te vi muy sonriente,
pero entre tu sonrisa
había un frijol en tu diente.
Quisiera ser zapatito
que calce tu lindo pie,
para ver de vez en cuando
lo que el zapatito ve.
Eres tú, mi mesticita,
de mis amores, primera,
ahora vamos a bailar,
¡aunque no quiera mi suegra!
Por tradición, los hombres deben vestir de mestizos, con pantalón y guayabera de seda o lino, ambos de color blanco. Sobre la cabeza llevan un sombrero tejido, en los bolsillos un paliacate rojo y calzan alpargatas yucatecas o sandalias con tacón.
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